
· LAS FLORES: Son el fruto del jardín del Calvario, del jardín de la resurrección. Son el fruto temprano la primavera radiante en su primer plenilunio.
· LA LUZ: Jesús es la luz del mundo. Su resurrección es la luz que disipa definitivamente las tinieblas del pecado y de la muerte. La luz es para alumbrar, para guiar, para calentar.
· LA PALABRA: La resurrección estaba presente en la entraña misma de las Escrituras, de la Palabra de Dios. Jesucristo es la Palabra de Dios encarnada.
· EL AGUA: Jesucristo es el agua viva, el manantial de la vida. El agua es signo de vida, de purificación, de fecundidad. En el agua renacemos a la vida nueva por el bautismo.
· EL PAN: Jesucristo es el pan vino bajado del cielo. El pan se convierte en su cuerpo, llagado y resucitado y quien lo come tiene ya en prenda la vida eterna.
· EL VINO: Jesucristo nos dejó su sangre derramada como bebida para la remisión de los pecados y encomendó a su Iglesia, a sus sacerdotes, hacer memoria de ella.
· EL INCIENSO: expresión de adoración, especialmente en Pascua.
· EL ALELUYA: Jesucristo, en sus apariciones, llama a sus apóstoles y discípulos a la alegría, al aleluya. Su resurrección es la alegría que nadie nos podrá arrebatar.
· LA PAZ: Jesucristo es nuestra paz. Con su muerte y resurrección ha hecho la paz y la reconciliación para siempre. La paz es credencial y desafío de la resurrección.
· LA MISIÓN: "Id a Galilea...", "¿Qué hacéis ahí plantados mirando al cielo". "Id y predicad el evangelio a todas las gentes... Yo estaré con vosotros".